A few nice Eva Green images I found:
La desolación de Eva
Image by .Bambo.
Canticorum Jubilo, de Haendel.
Como todos los días, después de trasnochar hasta el amanecer en el Paraiso perdido, Eva volvió al rincón del museo en el que se expone el cuadro para el que trabaja como modelo desde hace ya muchos años. Se desnudó, soltó el cabello que llevaba sujeto en una coleta, tapó con algunos mechones sus redondeados senos y se colocó tres hojas de parra a la altura de sus ingles con la intención de impedir que los moralistas de turno solicitasen su despido por comportamiento impúdico.
Pensó en situarse en el lugar del cuadro que le correspondía, pero prefirió esperar a que Adán llegase. Su trabajo resultaba tan incómodo que si podía ahorrarse el permanecer estática durante unos cuantos minutos, mejor que mejor.
Faltaba poco más de un cuarto de hora para que las puertas de la conocida pinacoteca se abriesen. Su compañero de fatigas no daba señales de vida y Eva, cada vez más preocupada, no era capaz de comprender el porqué de su ausencia.
Recordó que el día anterior un fornido visitante se acercó hasta el cuadro y sacó de su bolsillo una hermosa fruta roja. Primero le ofreció a ella, pero no quiso probarla porque se acababa de tomar un café con leche, aprovechando los diez minutos que cerraban la sala para la limpieza de la tarde, y pensó que no disfrutaría del sabor de la tentadora manzana. Adán dudó unos instantes, pero acabó aceptando el regalo del extraño. Sujetó con ambas manos la redondeada fruta y la mordió con suavidad. Su segundo bocado ya fue toda una declaración de intenciones. Era más que evidente que se estaba deleitando con el apetitoso manjar.
Cuando se despidieron en la puerta trasera del viejo edificio que albergaba, desde hacía ya más de dos siglos, las colecciones de pintura más importantes del mundo, Eva notó al modelo un poco nervioso. Contrariamente a lo que en él era habitual, no quiso acompañarla a la calle La Divina Comedia, punto neurálgico de la movida noctámbula, y tampoco hasta la parada del autobús. Contempló cómo caminaba hacia el centro del parque y cómo, al poco rato de aguardar allí, recostado en el viejo tronco de un álamo, se acercó hasta él un extraño que llevaba las manos en los bolsillos de un abrigo tres cuartos.
Desde donde estaba Eva la visibilidad no era buena, pero sí que alcanzó a ver el rostro del desconocido cuando éste se giró para permitirle el paso a un anciano. Entonces se dio cuenta de que hacía poco más de hora y media que lo había tenido delante, deleitándose con la escena bíbilica que ella compartía con Adán para satisfacer la necesidad de placer artístico de los estetas más exigentes.
Su amigo sonrió. El hombre colocó sus manos sobre los hombros del modelo e instantes después, sus bocas se juntaron para besarse apasionadamente. Eva pensó que Adán iba a disfrutar de otra loca noche de sexo y desenfreno y sonrió para sí misma. Lo que no pudo intuir en ese momento fue que, por primera vez en su larga vida, su compañero iba a ser mordido por la serpiente del amor.
Adán abandonó su trabajo en el museo; su hoja de parra se quedó colgando eternamente de la tortuosa rama de una vid del Edén y Eva, desolada por su inesperada situación, tardó toda una noche en encontrar una solución al problema. Se acercó hasta la sala en la que se exponía el cuadro "Las tres Gracias" de Rubens y tras pactar sobre los quilos que necesitaba engordar para no desentonar con ellas, firmó un contrato de exclusividad con uno de los herederos del afamado pintor y consiguió trabajo como modelo de orondas y celulíticas formas para el resto de sus días.
Eddie Albert’s and Eva Gabor’s footprints at the defunct Movieland Wax Museum in Buena Park
Image by Loren Javier
Eva quer ser sexy…
Image by tchubaruba -q
E consegue….! Olha pra isso Jaime! xD
E essa placa hein!? xD